Hamburger Anzeiger - Un Corán diminuto pasa de mano en mano en una familia albanesa

Un Corán diminuto pasa de mano en mano en una familia albanesa
Un Corán diminuto pasa de mano en mano en una familia albanesa / Foto: Adnan Beci - AFP

Un Corán diminuto pasa de mano en mano en una familia albanesa

El ritual es siempre el mismo. Mario Prushi se lava cuidadosamente las manos y el rostro, besa tres veces y lleva a su frente un minúsculo Corán, un libro precioso que su familia albanesa transmite de generación en generación.

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La obra, uno de los ejemplares del Corán más pequeños del mundo según los especialistas, sobrevivió a las vicisitudes del tiempo, a las guerras y a la dictadura comunista.

Hoy, la familia Prushi lo guarda en su caja de plata ennegrecida en su departamento en Tirana.

"Lo hemos mantenido de generación en generación con una dedicación absoluta porque nos es muy querido", explica a la AFP Mario Prushi, de 45 años, técnico de obras públicas en la capital del pequeño país de los Balcanes.

El libro, cuya portada es de terciopelo bordado de oro, mide 2,5 cm de largo, 2 cm de ancho y 1 cm de espesor.

Solo se puede leer el texto en árabe gracias a la pequeña lupa incrustada en la propia tapa de la caja.

Es difícil fecharlo sin un análisis científico pero, según Elton Karaj, investigador en ciencias coránicas, la obra de casi 900 páginas es bastante antigua.

"Este Corán fue impreso en un formato muy pequeño, uno de los más pequeños del mundo. Por su aspecto, diría que su publicación se remonta a finales del siglo XIX. Se trata de una obra extraordinaria, es una suerte que este ejemplar se encuentre en Albania", detalla a la AFP.

Según la historia familiar, este libro en miniatura provocó la conversión al islam de los antepasados de Mario Prushi, que hasta entonces eran católicos.

"Mis bisabuelos estaban cavando para construir los cimientos de una nueva casa en la región de Djakovica, en Kosovo, cuando encontraron el cuerpo, perfectamente conservado, de un hombre enterrado allí", cuenta este padre de una niña de cinco años.

"El Corán, intacto, estaba colocado sobre su corazón", continúa Mario, hojeando el libro sagrado.

La familia consideró que era un signo divino y decidió abrazar el islam.

Su abuelo, oficial del rey Zog de Albania en la década de 1930, conocía el árabe y cada noche invitaba a sus amigos a su casa para leer versos.

- Un verdadero talismán -

Décadas más tarde, en 1976 y bajo la dictadura comunista de Enver Hoxha -que había hecho de Albania un país ateo y mandaba a prisión a todos los practicantes-, el libro logró ser salvado gracias a su pequeño tamaño.

"Alguien advirtió a la policía secreta que teníamos un Corán en casa, pero era tan pequeño que mi padre lo escondió. Los agentes revolvieron cielo y tierra sin encontrarlo", cuenta Mario.

Después de este episodio, su padre Skender lo confió a amigos en Prizren, en Kosovo -que pertenecía entonces a la antigua Yugoslavia-, después de esconderse en un camión lleno de carbón para cruzar la frontera de una Albania cerrada al mundo.

Sus amigos enterraron la valiosa obra y Skender no la recuperó hasta el final de la guerra en Kosovo en 1999.

Finalmente le confió el libro a Mario antes de su muerte en 2012.

"Este librito lleva tantas historias, tantas bendiciones y milagros", subraya el técnico.

"Cada vez que lo toco, me emociono", añade su esposa Blerina.

El libro sirve como amuleto de la suerte. "Cuando algo va mal o cuando nuestra hija está enferma, nos sentimos seguros, sabemos que el Corán nos protegerá, es un verdadero talismán", continúa.

La familia ha recibido numerosas ofertas de compra, incluso de museos. "En ningún momento pensé en venderlo", afirma Mario. "Este Corán pertenece a nuestra familia y siempre se quedará con nosotros", resume.

H.Eggers--HHA