El ataque ruso contra una central nuclear ucraniana agrava las tensiones mundiales
Ucrania acusó a Rusia de "terrorismo nuclear" y las potencias occidentales expresaron su indignación después de que la mayor central nuclear de Ucrania y Europa fuera atacada durante la ocupación de la zona por tropas rusas, que siguieron bombardeando las principales ciudades del país.
El Consejo de Seguridad de la ONU convocó una reunión de emergencia tras los combates y el incendio en la central de Zaporiyia, que fue controlado sin que se registraran alteraciones en los niveles de radiactividad.
El presidente ruso, Vladimir Putin, se dijo por su lado dispuesto a negociaciones, nueve días después de haber ordenado la invasión de Ucrania, a condición de que todas las exigencias rusas sean aceptadas.
"Hemos sobrevivido a una noche que pudo poner fin a la Historia. La historia de Ucrania. La historia de Europa", declaró el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, refiriéndose al ataque contra la central nuclear.
De los seis bloques de Zaporiyia, el primero fue puesto fuera de servicio, los número 2, 3, 5 y 6 están en proceso de enfriamiento y el 4 se encuentra operativo, precisó.
Una explosión en Zaporiyia hubiera sido equivalente a "seis Chérnobil", subrayó Zelenski, en referencia a la catástrofe que se produjo en 1986 en esa central que se encuentra en la misma Ucrania, pero cuando este país formaba parte de la Unión Soviética.
El ataque ruso representó "una inmensa amenaza para toda Europa y el mundo", afirmó la embajadora estadounidense Linda Thomas-Greenfield ante el Consejo de Seguridad.
El presidente francés, Emmanuel Macron, está "sumamente preocupado por los riesgos" que pueda comportar "la invasión rusa" sobre la seguridad de las centrales nucleares ucranianas y propondrá "medidas concretas" para atajarlos, indicó el Elíseo.
En cambio, el portavoz del ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov, acusó "a grupos de saboteadores ucranianos, con la participación de mercenarios", de haber provocado el incendio en la central.
- Nuevas negociaciones -
La perspectiva de un alto el fuego parece lejana. En una segunda ronda de negociación el jueves ambos bandos solo acordaron crear corredores humanitarios.
Una tercera ronda podría llevarse a cabo este fin de semana.
Pero el diálogo solo es posible si se aceptan "todas las exigencias rusas", advirtió, sin embargo, Putin durante una conversación telefónica con el canciller alemán, Olaf Scholz.
Las demandas incluyen el estatuto neutral y no nuclear de Ucrania, su "desnazificación", el reconocimiento de Crimea como parte de Rusia y la "soberanía" de los territorios controlados por separatistas prorrusos en el este del país.
Putin negó además que las fuerzas rusas estén bombardeando ciudades ucranianas, a pesar de las imágenes de destrucción en los últimos días procedentes de Kiev, Járkov (este), Mariúpol (sureste) y otras urbes.
Zelenski criticó a la OTAN por haberle denegado un pedido de "cerrar el cielo" de Ucrania a la aviación rusa o a cambio entregar aviones a Kiev.
"Creemos que si hacemos eso, acabaremos teniendo algo que puede convertirse en una guerra total en Europa, envolviendo a muchos otros países y causando mucho más sufrimiento humano", explicó el secretario general de la alianza militar transatlántica, Jens Stoltenberg.
Los países occidentales han entregado armas a Ucrania, pero han centrado su respuesta en una batería de sanciones para aislar a Rusia a nivel diplomático, económico, cultural y deportivo.
El G7 de grandes potencias y la Comisión Europea amenazaron este viernes con imponer nuevas "sanciones severas" a Moscú.
- Mordaza a la prensa -
Las autoridades rusas acentuaron el viernes la represión en su país contra las voces disidentes al conflicto.
Putin promulgó una ley que establece duras penas de prisión a cualquier persona que publique "noticias falsas" sobre las fuerzas armadas.
Además, el regulador ruso de Internet, Roskomnadzor, ordenó bloquear Facebook y "restringió" el acceso a Twitter en el país.
También limitaron el acceso a los portales de la edición en ruso de la cadena británica BBC y de la radiotelevisión internacional alemana Deutsche Welle.
- Frentes de guerra -
La invasión rusa progresa en el sur, pero está aparentemente ralentizada en Kiev y Járkov (nordeste), donde el ejército ruso utilizó bombas de racimo "en al menos tres barrios residenciales", lo que podría constituir un crimen de guerra, denunció la ONG estadounidense Human Rights Watch (HRW).
Este viernes se escucharon disparos en Bucha, al noroeste de Kiev, donde podían verse blindados rusos destruidos. Al este, se veía humo que salía de depósitos bombardeados, según fotógrafos de la AFP.
A unos 350 km al este de la capital, la situación se volvió "un infierno" en Okhtyrka, y es "crítica" en Sumy, según las autoridades locales.
En el estratégico puerto de Mariúpol (sudeste), la situación humanitaria es "terrible" tras 40 horas de bombardeos ininterrumpidos, incluyendo a escuelas y hospitales, declaró a la BBC el vicealcalde Serguéi Orlov.
El jueves, los rusos consolidaron la toma de Jersón (290.000 habitantes, sur), su primera gran victoria hasta la fecha, e intensificaron sus bombardeos contra otros centros urbanos.
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Th.Frei--HHA