Hamburger Anzeiger - La blasfemia, una cuestión sensible e incendiaria en Pakistán

La blasfemia, una cuestión sensible e incendiaria en Pakistán
La blasfemia, una cuestión sensible e incendiaria en Pakistán / Foto: Asif Hassan - AFP

La blasfemia, una cuestión sensible e incendiaria en Pakistán

La blasfemia supone una incendiaria acusación en Pakistán, país de mayoría musulmana donde insultar al islam o al profeta Mahoma puede acarrear la pena capital incluso sin pruebas, así como la muerte por linchamiento.

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¿Cuán frecuentes son las explosiones de violencia relacionadas con la blasfemia y desde cuándo esta se ha convertido en un asunto tan sensible en Pakistán?

- ¿Cuál es la magnitud de la violencia? -

Al menos 85 personas han sido asesinadas desde 1990 en casos relacionados con acusaciones de blasfemia, según medios locales e investigadores.

Esta cifra incluye a individuos acusados de blasfemia, pero también en muchas ocasiones a sus hijos, abogados defensores, jueces que juzgaron los casos y otras personas.

Entre los asesinados figuran miembros de minorías religiosas, políticos, estudiantes, religiosos o personas con discapacidad intelectual.

Las víctimas murieron quemadas vivas, ahorcadas por turbas, a tiros en juzgados o asesinadas a machetazos, entre otras formas de ataques.

- ¿Cuán extendido está el fenómeno? -

Desde 2011, cuando el gobernador de la región del Punyab, Salmaan Taseer, fue asesinado a tiros por su guardaespaldas por llamar a reformar las leyes sobre blasfemia, el debate público sobre este asunto se ha vuelto casi imposible en el país.

Hoy en día, las acusaciones de blasfemia se han convertido en un arma arrojadiza y a menudo se usan para presionar a rivales en disputas personales o profesionales, incluso entre líderes políticos prominentes.

El asesino de Taseer fue considerado un héroe por muchos y el asesinato estuvo seguido del ascenso del partido de extrema derecha Tehreek-e-Labbaik Pakistan (TLP), que aboga por decapitar a los blasfemos.

El aumento de su popularidad ha ido acompañado de un aumento de casos de acusaciones de blasfemia por motivos ideológicos.

- ¿Se encuentran en peligro las minorías? -

La mayoría de los acusados de blasfemia en Pakistán son musulmanes, si bien pertenecientes a minorías religiosas especialmente amenazadas, según grupos de defensa de derechos humanos.

Los cristianos -un 1,3% de este país de 250 millones de habitantes- se han visto particularmente hostigados en Lahore, Gojra, Jaranwala y la capital, Islamabad.

Los agentes de policía en muchos casos asisten pasivamente a los ataques contra personas acusadas de blasfemas por la turbamulta, por temor a que se les acuse a su vez de "blasfemos" si tratan de impedir un linchamiento.

- ¿Qué dice la ley? -

Las leyes antiblasfemia en Pakistán - algunas heredadas de la época en que el país era colonia británica- fueron poco aplicadas hasta las décadas de 1970 y 1980, cuando se reforzaron e incorporaron varias cláusulas específicas sobre los insultos al islam.

Los jueces encargados de casos de blasfemia han denunciado presiones para dictar sentencias contra los acusados, independientemente de las pruebas, y temen ser objeto de violencia física si no lo hacen.

Según las leyes actuales, reforzadas una vez más este año, los insultos al profeta Mahoma son castigados con la pena capital y las "profanaciones" del Corán con cadena perpetua.

Al menos 53 personas se encuentran en prisión en el país por cargos de blasfemia, según un informe publicado este año por la Comisión de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional (USCIRF).

R.Weber--HHA