Hamburger Anzeiger - Un periodista liberado critica la represión contra los medios en Afganistán

Un periodista liberado critica la represión contra los medios en Afganistán
Un periodista liberado critica la represión contra los medios en Afganistán / Foto: JULIEN DE ROSA - AFP

Un periodista liberado critica la represión contra los medios en Afganistán

El periodista Mortaza Behboudi pasó 284 días en una cárcel en Afganistán y pensó que nunca saldría con vida. Fue liberado la semana pasada y pudo volver a París, donde denunció que "todo está censurado" bajo el poder de los talibanes.

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El reportero franco-afgano cubría una manifestación de estudiante frente a la Universidad de Kabul cuando fue detenido en enero. Hacía apenas dos días que había entrado a Afganistán.

Después de eso llegaron "10 meses de tortura", dijo Behboudi, de 29 años, en una rueda de prensa celebrada el lunes en París después de haber sido excarcelado la semana pasada.

Allí explicó que sus carceleros lo golpeaban y que interrogado por los servicios de inteligencia del gobierno talibán.

"Ya saben que en estos países, los interrogatorios de los servicios de inteligencia no son fáciles, en absoluto", declaró en una rueda de prensa organizada por Reporteros Sin Fronteras (RSF).

- El periodismo ha sido "asfixiado" -

Behboudi no quiso dar muchos detalles de los abusos que sufrió por preocupación por los otros periodistas todavía encarcelados en Afganistán.

"No sé si los liberarán pronto", aseguró.

Nacido en Afganistán, se convirtió en refugiado en 2015 en Francia, donde fundó una web de noticias, Guiti News, con otros exiliados de su país.

Después de alcanzar el poder en 2021, el movimiento talibán reprimió duramente lo que se consideraba un sector floreciente.

"El periodismo ha sido en gran parte asfixiado desde que los talibanes llegaron al poder", dijo Christophe Deloire, director general de RSF.

Según este grupo de defensa de la prensa, "más de la mitad" de los medios de comunicación desaparecieron.

De los 12.000 periodistas del país, unos 4.800 siguen trabajando. Y "más del 80% de periodistas mujeres" fueron forzadas a dejar sus trabajos, afirma RSF.

Behboudi quería escribir sobre las estudiantes que ya no podían continuar sus estudios en Kabul cuando fue arrestado.

Los nuevos dirigentes prometieron inicialmente una aplicación menos estricta de la ley islámica que caracterizó su primer mandato entre 1996 y 2001, pero las restricciones contra las mujeres han sido reintroducidas gradualmente.

A chicas y mujeres se les prohibió asistir a la mayoría de escuelas secundarias y a las universidades. El año pasado se vetó su presencia en parques, ferias, gimnasios y baños públicos.

Las mujeres tampoco pueden viajar sin un familiar hombre y se les ha obligado a cubrirse con un velo o un burka al salir de sus casas.

Además, la mayoría de mujeres han perdido sus trabajos gubernamentales, o se les paga un mínimo salario para quedarse en casa.

- "Secuestrado" -

Behboudi contó que ni su pasaporte francés ni su credencial de periodista le evitaron el arresto de parte de los servicios de inteligencia. Fue acusado de espía y de respaldar la "resistencia" contra los talibanes y seguidamente encarcelado.

"Me sentí secuestrado", dijo.

Compartió celdas diminutas, de dos a tres metros cuadrados, con una docena de reos entre los que había miembros del grupo Estado Islámico.

Aseguró que fue "acosado todo el tiempo" y que, sin poder ver el exterior, perdió el sentido del tiempo.

En la radio France Inter, el periodista, de la minoría étnica hazara, explicó que varios miembros del grupo Estado Islámico intentaron estrangularlo mientras dormía.

El EI, un grupo yihadista sunita, ha atacado durante años a la etnia hazara, mayoritariamente chiita, y otras minorías religiosas.

"Me quisieron estrangular una noche", dijo el reportero, salvado por la intervención de los guardias que lo trasladaron a otra celda.

No fue hasta seis meses después de su encarcelamiento que una delegación de responsables talibanes fue a visitarlo.

Entonces fue trasladado a la prisión Pul-e-Charkhi en Kabul, donde las condiciones mejoraron. También supo que RSF había contratado un abogado para defenderlo.

La semana pasada, el periodista fue finalmente liberado después de que todos los cargos contra él, incluidos los de espionaje y de respaldo ilegal a extranjeros, fueran desechados en un tribunal en Kabul.

Las autoridades talibanas han emitido directrices sobre la protección de los derechos de los detenidos, pero un reciente informe de la misión de la ONU en Afganistán dijo que los prisioneros todavía sufren malos tratos y urgió a los dirigentes a frenar los abusos.

El Ministerio de Interior dijo esta semana que una investigación interna había encontrado evidencias de malos tratos en sus centros de detención y que estaba trabajando para solventar este problema.

Preguntado sobre sus planes de futuro, Behboudi dijo que quiere "seguir adelante".

Reconoció ser un afortunado porque otros periodistas afganos no tienen el "apoyo de medios occidentales y de la comunidad internacional".

Con los talibanes, "todo está censurado en estos días", afirmó.

"Si tomo una fotografía en la calle, me arriesgo a ser detenido", dijo. "Ya no hay liberad de expresión, ya no hay libertad de prensa en Afganistán", lamentó.

F.Fischer--HHA