El regreso de una estrella del country suscita interrogantes sobre el racismo en EEUU
Tras caer en el oprobio por proferir insultos racistas, la estrella estadounidense del country Morgan Wallen ha vuelto con fuerza un año después como lo demuestran el éxito de ventas de su segundo álbum y la "abrumadora" demanda de entradas para verlo en directo en su gira por Estados Unidos, haciendo preguntarse a los críticos si el racismo está normalizado en el país.
Hace un año, Morgan Wallen fue vilipendiado tras insultar a un hombre negro en un vídeo difundido en las redes sociales. Su carrera cayó en picado y parecía que había llegado a su fin.
Tras ser "suspendido" por su compañía de discos y ser excluido de las ceremonias de premios, Wallen está de vuelta.
Su segundo álbum de estudio "Dangerous: The Double Album", se convirtió el año pasado en un éxito comercial, con más de tres millones de copias vendidas.
El miércoles, Wallen actuó en el Madison Square Garden de Nueva York como parte de una gigantesca gira por todo el país. La "abrumadora demanda" de entradas llevó a los organizadores a añadir un día más.
Es un retorno a lo grande que ha llevado a los críticos a preguntarse si tanto el cantante como los conservadores de la música country de Nashville han hecho algo por el racismo o si en realidad les importa.
"Las ventas de su álbum se dispararon porque mucha gente sintió que la reacción fue exagerada", dice Sheryl Guinn, presidenta de la antena de la organización de derechos civiles NAACP en Nashville.
"No ha tenido ninguna consecuencia", lamenta Guinn a la AFP. "No fue a los premios, (pero) ¿a quién le importan los premios cuando estás ganando dinero?", reflexiona.
El éxito de Wallen es un claro ejemplo de la resistencia de la música country, un género acusado de proyectar a hombres blancos en detrimento de gente de color y de las mujeres, para hablar de las injusticias que sufren.
"El odio es profundo", tuiteó Mickey Guyton, la primera artista negra nominada a un Grammy en este género, quien interpretará el himno nacional este domingo en la Super Bowl.
Para Guinn, esta reacción habla de manera más general sobre el racismo en Estados Unidos, donde hace menos de dos años surgió el movimiento Black Lives Matter tras el homicidio de George Floyd, un ciudadano negro asfixiado por un policía.
- Privilegios de los blancos -
Durante la polémica, Wallen se disculpó y prometió "mejorar". En una entrevista en un programa de televisión llegó a decir que "no se había sentado a reflexionar" sobre si la industria de la música country tenía problemas de racismo.
Charles Hughes, autor del libro "Country Soul: Making Music and Making Race in the American South" (Alma del country: La música y el racismo en el sur de Estados Unidos), dice sentirse "decepcionado" de una industria deseosa de perdonar y olvidar en nombre del lucro. Aunque "no le sorprende".
"En Estados Unidos, nunca vas a perder dinero si apuestas por el resentimiento blanco y los privilegios de los blancos", asegura, antes de agregar que esperaba que la industria "tuviera más imperativos morales o al menos imperativos políticos" para tomar medidas.
Según Hughes, Nashville debe pensar en un cambio estructural. Los músicos negros en el country y el folk, y en particular las mujeres negras, se han hecho espacio en la industria que durante tiempo las rechazó, reclamando en sus propios términos el género que debe sus raíces a los artistas blancos. Además de promocionar a los artistas, Hughes insta a que la industria contrate a más personas de color.
J.Berger--HHA