Bajar en tirolina sobre Rio de Janeiro, vértigo y polémica
Deslizarse por un cable de 755 metros a una velocidad de hasta 100 km/h desde el morro Pao de Açucar en Rio de Janeiro podría atraer amantes de la adrenalina y de la contemplación en una de las postales más icónicas del mundo.
No si dependiera de Gricel Osorio Hor-Meyll.
Esta psicóloga se unió a decenas de manifestantes este domingo en una protesta contra el proyecto, aún en construcción, que consideran un daño para la conservación ambiental y la imagen de la "Cidade Maravilhosa".
"No es correcto y perjudica a la ciudad", dice Gricel a la AFP, "porque va a desfigurar" este paisaje de montaña y mar declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en 2012 junto a otros emblemas cariocas como el Cristo Redentor en el cerro Corcovado.
La empresa a cargo, Parque Bondinho, promociona "una experiencia única y ambientalmente sustentable".
Prevista para el segundo semestre del año, la atracción invitará a los visitantes a descender por cuatro líneas de tirolina que conectarán el cerro Pao de Açucar, elevado 396 metros sobre el nivel del mar, y su vecino Urca, con 220 metros. Distancia: 755 metros; velocidad máxima: 100 km/h.
Sus detractores reclaman posibles efectos en la flora y fauna local, y afectados, dicen, por los sobrevuelos de helicópteros turísticos y fiestas nocturnas.
Y lamentan las perforaciones -hechas para sostener los cables- en la roca de estos monumentos nacionales protegidos por el Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico (Iphan).
"No es solo una piedra, tiene vida", afirma Gricel, que aunque dejó el montañismo hace tres lustros integra actualmente la ONG Grupo Acción Ecológica y el Movimiento Pao de Açucar sin tirolina.
Parque Bondinho gestiona desde hace más de un siglo el teleférico ("bondinho") que une los dos morros, con las más apetecibles panorámicas de Rio de Janeiro.
Según la promotora, el impacto visual será limitado porque los cables de las tirolinas tienen un grosor menor al del teleférico y vibran menos.
En un comunicado la empresa afirmó que el proyecto obtuvo "todos los permisos necesarios" luego de hacer consultas con asociaciones civiles y cumplir los requisitos de las autoridades.
- Discoteca en la montaña -
Reunidos en la base de la emblemática montaña, manifestantes levantaban pancartas con "SOS Unesco" y "Fuera tirolinas". Una petición en internet para detener las obras lleva recaudadas más de 10.000 firmas.
Denunciaron que no hubo una discusión amplia.
Pero afirman que las tirolinas en realidad solo "son la punta de un gigantesco iceberg", según un comunicado del grupo.
Apuntan a un proyecto aún mayor, en evaluación de las autoridades, que contempla la construcción de atracciones, tiendas, una sala de espectáculos y una discoteca en el tope de las dos montañas, que reciben 1,6 millones de visitante al año.
"Es una cosa horrorosa, espantosa. Acaba con la cima de la montaña", dice Regina Costa de Paula, artista plástica de 67 años.
Para Hans Rauschmayer, un empresario alemán de 57 años que vive en la ciudad, "la empresa usa el Pao de Açucar como si fuese su propiedad".
"Pero en verdad es un patrimonio de Rio, Brasil y el mundo", afirma a la AFP.
M.Schneider--HHA