Hamburger Anzeiger - Grandes extensiones agrícolas en Irak están contaminadas por vertidos de petróleo

Grandes extensiones agrícolas en Irak están contaminadas por vertidos de petróleo
Grandes extensiones agrícolas en Irak están contaminadas por vertidos de petróleo / Foto: Abdel Khaleq al Samarrai - AFP

Grandes extensiones agrícolas en Irak están contaminadas por vertidos de petróleo

Entre las onduladas colinas de la provincia de Saladino, en el norte de Irak, las lluvias invernales arrastran los vertidos de petróleo, formando charcos de agua negra y contaminando cientos de hectáreas de tierras agrícolas.

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Esta contaminación durante la temporada de lluvias se viene produciendo con regularidad desde 2016.

En un país inmensamente rico en petróleo, varias décadas de conflicto provocaron el desmoronamiento de sus infraestructuras y una grave crisis medioambiental.

La calamidad ambiental, que alcanza las colinas de Hamrin y los campos de la aldea vecina de al Meaibdi, ilustra la impotencia de los poderes públicos de encontrar una solución duradera a los derrames de petróleo.

"El petróleo ha matado todo lo que la tierra habitualmente da", dice Abdel Majid Said, dueño de seis hectáreas contaminadas. "Las semillas que plantamos no crecerán", admite el sexagenario.

En las colinas, el barro mezclado con petróleo es visible en algunos sitios, en otros hay charcos de agua negra y viscosa. A la distancia se levantan barricadas de tierra, la solución de las autoridades locales para impedir que torrentes de agua contaminada fluyan hacia los campos.

"La contaminación petrolera alcanzó cerca de 5.000 donums (500 hectáreas de tierra) donde había cultivos de trigo y cebada", confirma a la AFP Mohamed Hamad, del departamento ambiental de la provincia de Saladino, tras una inspección.

El drama comenzó con las fuertes lluvias de mediados de febrero que arrastraron capas de petróleo "que estaban en las cuevas" de las colinas de Hamrin, explicó.

¿De dónde vienen esas capas? Agricultores y autoridades locales señalan como responsables a los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI).

- "Grandes pérdidas" -

Después de tomar el poder en 2014, el EI financió su autoproclamado "califato" en parte con el contrabando de oro negro. En Hamrin, los yihadistas se apropiaron de los campos petroleros de Ajik y Alass, excavando depósitos para almacenar petróleo.

Una vez reconquistada la zona -el EI huyó en desbandada de Irak en 2017- las fuerzas de seguridad cerraron los depósitos artesanales de los yihadistas, explicó el año pasado a AFP Amer al Meheiri, encargado de los campos petroleros de Saladino.

Pero con las fuertes lluvias, el petróleo se derramó.

"Los vertidos de petróleo se repiten desde 2016", indicó a AFP Abbas Taha, encargado de agricultura en la provincia de Saladino.

Se trata de "grandes pérdidas" para los campesinos. "No pueden aprovechar la temporada invernal para plantar trigo", destaca, y prometió que los agricultores serán compensados.

Es un nuevo golpe para los agricultores iraquíes, azotados por las repercusiones del cambio climático: en un país que ha sufrido cuatro años seguidos de sequía, las autoridades reducen drásticamente las áreas autorizadas para cultivos para economizar agua.

- "Catástrofe ambiental" -

Hamad, del departamento ambiental, asegura que su dependencia contactó a las autoridades petroleras para "remover estos residuos" de petróleo.

Las constantes fugas "pueden tener un impacto sobre los mantos freáticos y los pozos de los agricultores, advirtió.

Además, explica, "la rehabilitación de suelos requiere la remoción de tierra (contaminada) y su reemplazo por una nueva".

El petróleo representa 90% de los ingresos de Irak, segundo mayor exportador de petróleo de la OPEP, que produce en promedio cuatro millones de barriles diarios de crudo.

Con sus reservas, Irak podría seguir explotando el oro negro a ese mismo nivel durante 96 años, según el Banco Mundial.

"Urgimos al primer ministro, a los ministros de Agricultura y de Petróleo compensar a los agricultores afectados por este desastre ambiental", indica el agricultor Ahmed Shalash, de 53 años.

"No han hecho nada".

H.Eggers--HHA