Hamburger Anzeiger - Kathy Matsui, adalid de la diversidad en el trabajo en Japón

Kathy Matsui, adalid de la diversidad en el trabajo en Japón
Kathy Matsui, adalid de la diversidad en el trabajo en Japón / Foto: Charly TRIBALLEAU - AFP

Kathy Matsui, adalid de la diversidad en el trabajo en Japón

Si Japón tiene tres millones más de mujeres trabajadoras que hace diez años es en parte gracias a una de ellas: Kathy Matsui, una estadounidense-japonesa campeona de las "womenomics", que amplió recientemente su lucha por la diversidad.

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Esta influyente ejecutiva de 57 años, antigua analista y luego alta directiva del banco estadounidense Goldman Sachs en Japón, es una rareza en el medio empresarial japonés, todavía predominantemente masculino.

En Goldman Sachs, en Japón, saltó a la fama con la publicación a partir de 1999 de estudios pioneros sobre los beneficios potenciales para la economía japonesa de una mayor participación de las mujeres en el mercado laboral, que llamó "womenomics", una palabra que fusiona "mujeres" y "economía" en inglés.

Para su sorpresa, sus tesis fueron incorporadas a partir de 2012 en el vasto programa de relanzamiento económico del primer ministro Shinzo Abe.

Hija de inmigrantes japoneses en California (EEUU), creció en la granja familiar de flores, que le enseñó el "valor del trabajo", cuenta en una entrevista con la AFP en Tokio.

"Si se puede exponer el tema de la diversidad de género de una manera económicamente racional, creo que es (una herramienta) muy poderosa", dice la empresaria, que apuesta por los indicadores de rendimiento y calidad, porque "no se puede gestionar lo que no se mide".

La tasa de empleo de las mujeres en Japón alcanzará el 71% en 2020, frente a cerca del 61% en 2012, según datos de la OCDE. Un salto que es sinónimo de supervivencia económica para un país en rápido declive demográfico y reacio a abrirse más a la inmigración.

- Desigualdades persistentes -

Pero falta mucho por hacer. La pandemia de covid-19 exacerbó las desigualdades de género que persisten en Japón.

"La mayoría de los empleos de las mujeres son a tiempo parcial (...) y también están sobrerrepresentadas en los servicios, el sector más afectado por la crisis sanitaria", afirma Matsui.

A fines de 2020, el gobierno japonés pospuso una década su antiguo objetivo de alcanzar la proporción del 30% de mujeres en puestos directivos, frente a menos del 15% actual.

Japón ha caído en la clasificación anual sobre las desigualdades entre hombres y mujeres del Foro Económico Mundial, ocupando en 2021 el lugar 120 de 156 países.

Las empresas japonesas deberían conocer sus "prejuicios inconscientes" y evaluar "mucho más" a sus empleados en función de su productividad, "porque es muy difícil para las mujeres competir con los hombres en cuanto al tiempo" que pasan en la oficina, argumenta Matsui.

"A menudo me encuentro con mujeres que no han sido ascendidas porque acaban de casarse. Sus jefes masculinos piensan que ahora van a tener un hijo, lo llaman un "riesgo". Y por eso toman a un hombre en su lugar", lamenta.

Además, la diversidad en el trabajo no es solo un asunto de género, recuerda Matsui, citando a los extranjeros, las minorías sexuales, las personas con discapacidades y la "diversidad cognitiva".

- El valor de las 'start-up' -

Matsui amplió su campo de acción al cofundar y codirigir desde el año pasado MPower Partners, un fondo de capital-riesgo con sede en Tokio que invierte en las empresas emergentes (start-up) con criterios ambientales, sociales y de gobernanza.

"Si se toma distancia y se piensa en el valor" de esos criterios, son realmente fundamentales" para que las empresas atraigan a los jóvenes talentos y seduzcan a los nuevos consumidores, más éticos que sus mayores, según Matsui.

Japón tardó en adoptar la inversión en esas empresas emergentes en comparación con Europa y Estados Unidos, pero ahora es "el país que más rápido crece en este ámbito", dijo.

Cambiar la mentalidad y el comportamiento de las grandes empresas "no es imposible, pero toma un poco de tiempo", explicó para justificar su decisión de enfocarse en las empresas emergentes, que "parten de cero".

"No nos interesan las empresas" que solo quieren aparentar una imagen de responsabilidad ecológica, dice.

E.Bekendorp--HHA