Feminicidios y violencia de género, una lacra en aumento en el Kurdistán iraquí
Una mujer quemada viva por su marido, otras, asesinadas a tiros por un padre o un hermano... en el Kurdistán iraquí, las autoridades locales y las oenegés han dado la voz de alarma sobre el aumento de los feminicidios y, en general, de la violencia de género.
En esta región autónoma del norte de Irak que quiere dar una imagen de estabilidad y tolerancia, "en los últimos dos meses, ha habido un aumento en los feminicidios en comparación con el año pasado", dijo Hiwa Karim Jwamir, portavoz del Departamento para Combatir la Violencia contra la Mujer del gobierno de Suleimaniya.
Entre enero y febrero, 11 mujeres han sido asesinadas, la mayoría de ellas, fusiladas, agregó la portavoz. En todo 2021, el número de víctimas en la región fue de 45, frente a las 25 del año anterior, agregó.
El viernes, en el pueblo de Soran, un padre asesinó a su hija de 15 años, cuyo recibió que recibió "seis balas". El hombre le dijo a la policía que la adolescente había "salido con dos chicos a altas horas de la noche", según una unidad de violencia doméstica.
El asesinato de una persona transgénero a manos de su hermano en febrero provocaba una ola de odio en las redes sociales... contra la propia víctima.
Desde hace años, activistas y asociaciones denuncian asimismo ablaciones y matrimonios forzados en una sociedad enormemente conservadora y patriarcal.
El resto del país también sufre violencia contra las mujeres: el pasado diciembre una joven de 16 años quedó desfigurada tras un ataque con ácido por parte de un hombre con el que se había negado a casarse.
En el Kurdistán iraquí, "los casos de violencia contra las mujeres van en aumento", confirma Bahar Munzir, directora de la oenegé local People's development. "La mayoría de mujeres que son asesinadas son víctimas de un miembro de su familia".
Pero también quienes denuncian estos hechos sufren consecuencias: a principios de marzo, el cadáver de María Sami, joven de 20 años conocida por sus discursos feministas fue encontrada muerta en una cuneta en Erbil, capital de Kurdistán.
- Clima de impunidad -
La policía de Kirkuk arrestó a su hermano el 9 de marzo. Antes de su detención, el adolescente, contactado por una cadena de televisión, se justificaba diciendo que su hermana no obedecía a la familia.
En febrero, Shinyar Huner Rafik, madre de dos hijos, murió en el hospital. "Su esposo llegó a casa borracho una noche. Cubrió su cuerpo con gasolina y le prendió fuego", dijo a la AFP el padre de la víctima, Huner Rafik. El esposo fue arrestado.
El primer ministro de Kurdistán, Masrur Barzani, calificó el caso de "horroroso". "El gobierno debe imponer el castigo más severo posible a los autores" de estos crímenes, insistió. "Estos llamados asesinatos de honor no tienen nada que ver con el honor".
Hana Shwan, de la oenegé Civil Development Organization, señala al clima de impunidad reinante como responsable de este aumento de la violencia contra las mujeres.
En 2011, Kurdistán aprobó una ley que criminalizaba la circuncisión femenina y la violencia doméstica pero, aunque las oenegés celebraron el texto, que prevé la cadena perpetua para los autores de los llamados crímenes de honor, su aplicación sigue siendo desigual.
"Hay fallos en la aplicación de la ley y ausencia de procesos judiciales contra los imputados", asegura Hana, a pesar de algunos casos de alto perfil.
- Depresión y suicidio -
"Cuando muere una mujer, la forma en que los servicios de seguridad (y después, el poder judicial) tratan el caso no es la misma que si se trata de un hombre", dice la activista Bahar Munzir.
"Algunos casos ni siquiera llegan a los tribunales. Son objeto de un arreglo entre la familia" del agresor y la de su víctima.
A principios de febrero, la policía de Dohuk encontró el cuerpo de Doski Azad, una persona transgénero de 23 años condenada al ostracismo por su familia. Se ha emitido una orden de arresto para encontrar a su hermano, acusado del asesinato. Pero huyó de Irak, según las autoridades. La tragedia fue condenada por la misión de la ONU en Irak y los consulados occidentales en Erbil.
Entre 2020 y 2021, en todo Irak, los casos de violencia de género aumentaron un 125%, sobrepasando los 22.000 casos, según Unicef.
La agencia de la ONU para la infancia también denunció un "aumento inquietante de depresión y suicidio entre mujeres y niñas, especialmente en el caso de las desplazadas internas y las refugiadas".
A.Wulhase--HHA